Con la llegada del otoño, la calabaza se convierte en la protagonista de muchos de nuestros platos, dejando un bonito color naranja en ellos.
Esta hortaliza la encontramos en nuestros mercados durante todo el año, pero es cierto que es propia del otoño y del invierno, que es cuando esta en su mejor momento.
El 90% de esta hortaliza es agua, rica en betacarotenos, antioxidantes y fibra, casi no aporta proteínas, pero sí carbohidratos en forma de azúcares.
Son muchas las variedades de calabaza que hay actualmente en nuestros mercados, aunque bien es cierto, que no las encontramos todas, para esta receta he utilizado una calabaza de "cuello torcido", que quizá sea una de las que tiene, muy pálido ese color naranja, característico de este alimento.
ASÍ HACEMOS NUESTRA CREMA
- Pelar la calabaza, quitar sus semillas y cortar en dados pequeños, hacemos lo mismo con la cebolla y los ajos.
- Colocamos todo lo cortado, sobre una bandeja de horno, añadimos sal, pimienta y el aceite, lo metemos al horno a 200º durante 30 minutos.
- Poner una cazuela al fuego con el caldo de verduras, añadir todo lo que esta en la bandeja , dejar cocer unos 20 minutos, o hasta que la calabaza se empiece a deshacer.
- A continuación batir todo muy bien, hasta conseguir una textura fina .... rectificar la sal y servir bien caliente.
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